Instinto y Un Buen Par de Cojones

Ya decía yo que el trabajo no era para mí… no cualquier tipo de trabajo, sino este del que todo el mundo habla, este del que no se encuentra, este que te hace vivir para trabajar y, muchas veces, anestesiarte para, tras el trabajo, seguir viviendo. No estoy hecha para eso, no.  Tras las conversaciones con Rómulo Sans llegas a unas conclusiones un tanto poco pasadas por la sartén y, dichas conclusiones se reducen con el más agrio de todos los vinagres: Y es que vosotros tampoco estáis hechos para trabajar, para ser subordinados ¿O sí? La verdad –y qué penita pena de verdad- muchos se dejan jadear.

El poder de aquellas cosas que no somos capaces de definir tiene más fuerza que aquello que realmente queremos ser y, me explico, es tan repetitivo el asunto, que, nenes ¡Ya cansa! Nosotros –vosotros a quienes sabéis que escribo- no tuvimos ese mismo sueño que todos los nenes que correteaban por las calles. Nos quedábamos observando, analizándolo todo, sabiendo que ese no era nuestro lugar; no me refiero que estuviésemos por encima o por debajo de una pelota de goma, una comba, o una palmada en el culo, pero nosotros nacimos libres y, en consecuencia, poderosos.

Qué gran placer es el poder elegir y qué tocada de huevos es el saber. Eliges que te gusta algo, sabes que no te puede dar de comer…  Ahí –creo yo en mis hipótesis noctámbulas- reside la clave del poder. No son mamarrachadas de El Secreto, pero si que son secretos, probablemente, míos.

Todo son valores adquiridos, consciente u inconscientemente, que hacen que te tambalees de un lado a otro sabiendo o desconociendo la mierda que vas pisando por el camino –si es que tienes la suerte de saber qué trazo es ese-. El dinero, la comida, la ropa, el maquillaje, los bolsos, carteras, cinturones. Las cenas, los desayunos, los aperitivos, el vermut del domingo en la terraza del B. En fin, las apariencias son valores. Como todos los valores puedes quitar o poner. Pongamos que somos Mr. Potato por unos minutos. Démonos el placer de arrancar o amarrar, de coger aquello que deseamos tener por valor propio y desprendernos de valores, más bien ajenos. ¿Puesto en escena? <<Sin miedo, dale caña, tu sin miedo>> me diría a mi misma en situación o a cualquier otro personaje en este tipo de crisis de identidad. Cuando ya sabes lo que quieres, sabes lo que quieres tener, y sabes también lo que debes hacer para obtenerlo.

Hacerse caso ya, es la parte más difícil. No recuerdo muy bien si a ese tal Mr. Potato se le podían arrancar de cuajo los ojos –menudo juguetito más gore- pero a las personas no. Pongamos que decidimos dedicarnos a nuestros sueños, que lo hemos decidido, que somos –medio- conscientes del riesgo y queremos, ya, tirarnos a la piscina ¿No vas a cerrarte el Facebook, no? ¿Y el Twitter? Tampoco… ¿Qué me decís del Pinterest? ¡Uy, cuantas cosas! Cuanta gente, cuantos deseos, cuantos valores ajenos que nos apropiamos sin saber el por qué al clicar Me Gusta, Follow, Follow this Board, Like this Pin, Retweet, Compartir y mil polladas más que no vienen ya a cuento. ¡Cuantas cosas te gustan sin ser siquiera tuyas! Y así te pasas el día: soñando. Soñando en todo aquello que querrías para ti y tiene otro dueño. Soñando en vez de reunir el valor suficiente para cumplir tus sueños. No teniendo los cojones a renunciar a esa comodidad –no tan cómoda, que se den por aludidas las parejas, familiares y amigos de dichos sujetos-para meterte, corazón en mano,  en tu lucha. ¡Que no tienes huevos y punto! Pasan horas y horas y sabes más lo que hacen los demás que lo que a ti te gustaría hacer o, ya poniendo drama en el tema, planteándote quién coño eres y porqué te relacionas con personitas que no tienen nada que ver contigo pero que te encantaría ser ellos sin saber quien eres tú. Empieza por recuperar tus piezas, ser auténtico. Dejar de fingir ser otra persona, dejar de andar sobre el carbón ardiendo que supone tirarse pedos más grandes que el culo. Deja de aparentar. Encuentra tus valores y déjate vivir ¡Coño! Así, tal vez serás alguien para ti.

Esta entrada se publicó el septiembre 13, 2012 en 8:20 pm y se archivó dentro de TRENDS. Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

5 pensamientos en “Instinto y Un Buen Par de Cojones

  1. cogasaji en dijo:

    Ay la hostia!

  2. Me he sentido totalmente identificado con ésta mierda

  3. Se refiere a la capacidad para decidir y actuar con juicio crítico frente a los valores y las normas sociales y culturales; proceder a favor de la democracia, la libertad, la paz, el respeto a la legalidad y a los derechos humanos; participar tomando en cuenta las implicaciones sociales del uso de la tecnología; participar, gestionar y desarrollar actividades que promuevan el desarrollo de las localidades, regiones, el país y el mundo; actuar con respeto ante la diversidad sociocultural; combatir la discriminación y el racismo, y manifestar una conciencia de pertenencia a su cultura, a su país y al mundo.

  4. bueno, la verdad, hace años que decidir poner cojones a la vida y he decidido ser yo mismo. Pero, por rso me arriesgo a ser libre como un pajaro y pagar el precio: la soledad!
    cansa un huevo leer tus escritos por que pones demasiado contenido y lo mezclas al estílo irracional.
    pero mola ya que lo vas acompañando de tíldes positivos!
    añades muchas palabrotas pero que !coño! , huevos, culo y si digo hijo de p. fuera de contexto ¿a que te suena mal?

    nota♬: escribe mirando la sensibilidad del lector
    fuerza o afloja el ritmo, haz lo que quieras
    pero, lo que dices afecta± al espectador
    @}-;-‘– >>>>•♥ ®

  5. Coño! Romulo Sans es mi primo!

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