Estado alterado de la comunicación

Demasiadas botas Hunter en un día lluvioso para ser el barrio del Raval. Puntas muy finas y muy bien cortadas. Pelos in extremis, o muy rubios o muy castaños –tirando para el negro modernillo garrulogitanil-; muy naturales todos ellos y de chocho morenote, también, ellos todos. Bimba y Lola es la marca por excelencia y la maquina de café que tengo al lado parece que te haga incluso los deberes. Estoy en Blanquerna, una facultad de comunicación privada de esas que se llaman seiscerocero al mes de promedio si no te mojas los pies –de ahí tanta bota de lluvia, ahora entiendo-. Una universidad donde –como buen college de comunicación- reciben cada día un número equis de periódicos El País –de manera gratuita y donde a finales de jornada esos pobre muertos de asco siguen intactos.

Tengo –sin intención de cambiar de tema, aunque lo parezca- una ventaja en mi vida: mi novio es guapo y listo –a la vez-. Se preocupa por mí, me cuida y nunca -jamás de los jamases- me regalaría un bolso Misako o me forzaría a ir a la Shopping Night por mera apariencia socioadictiva. Es más, me cultiva. Nuestra relación es un pequeño huerto en todos los sentidos –gracias a Dios ¡joder!- y la hacemos crecer al natural u al modo invernadero: libro por aquí, foto por allá, cine por el otro lado, teatro en la sopa, noticiarios a la hora de comer y canales veinticuatro horas después de una noche de –las opciones las dejo al imaginario-.

Todo esto, aquí y ahora, viendo el panorama, hace que me pregunte lo siguiente: ¿Qué pasaría si dejásemos en manos de paganinis nuestro futuro? El futuro de los que no lo somos, el futuro de quienes creen en algo más que en la hipnosis a la que te somete el branding, lo dejamos en manos de futuros comunicadores que construyen su carrera en base de la no crítica de la comunicación. En manos de comunicadores incomunicados. Porque digo yo que la comunicación, el periodismo, no es una habitación con muchas bocas abiertas diciendo nada y bebiendo café suizo con aroma a avellana y regado de una leche en polvo que roza la convulsión… sino un mundo de bocas cerradas con los ojos muy abiertos ante el chance de observación que éste te brinda; manteniéndote conocedor, pero ajeno, a las modas que contaminan la percepción de cualquier tipo de sociedad posible. Definitivamente: ¡Tengo Miedo! ¡Mucho miedo!

 

Esta entrada fue publicada el noviembre 27, 2012 a las 7:18 pm. Se guardó como TRENDS y etiquetado como , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , . Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

Un pensamiento en “Estado alterado de la comunicación

  1. . . .texto muy actual y lleno de palabras que describen el noviembre 2012!!!! La 1era parte ja ja ja de buena. Sigue así hasta que tus textos lleguen a ser universales!

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